Universidad Obrera Nacional Una Universidad y un país


Universidad Obrera Nacional Una Universidad y un país

30/08/2022 | Por Gonzalo Gutierrez, Secretario de Organización de APUTN
 


Cuando se destacan, como una mera enumeración, los (incuestionables) logros que se sucedieron entre los años 1943 y 1955, sin quererlo, se suele cometer una injusticia: no apreciarlos en lo que significan como totalidad.
Así, pensar, por ejemplo, en la indemnización por despido; el aguinaldo; las vacaciones pagas; la extensión al conjunto de los trabajadores las jubilaciones y pensiones; el Estatuto del Peón Rural; las convenciones colectivas de trabajo; la Ley de Accidentes del Trabajo; la nacionalización del comercio exterior, de los Ferrocarriles, de los puertos, de los servicios públicos, del Banco Central; la extinción de la deuda externa; la negativa a integrar el Fondo Monetario Internacional; la creación del Ministerio de Educación y de Salud; la educación universitaria gratuita... y bien saben ustedes que podríamos seguir.
Lo que se pierde, decíamos, con una pura enumeración, es que el peronismo hizo de la Argentina un país. Es, precisamente por eso, que la tríada económicamente libre, socialmente justo y políticamente soberano es la que ordena el conjunto de la acción con un núcleo esencial, decisivo: la comunidad organizada.
Y es, precisamente, por esa concepción integral y virtuosa, que el amplio arco de las medidas de gobierno iba desde la niñez temprana (en Argentina los únicos privilegiados son los niños) hasta la educación superior. Y allí es donde se inscribe el acontecimiento que esta nota quiere conmemorar. La fundación de la Universidad Obrera Nacional fue el resultado de un esfuerzo sistemático por acercar los beneficios de la capacitación profesional y la educación técnica a los trabajadores. Una verdadera reivindicación del obrero argentino en un plano integral, que implicaba, por eso mismo, su calificación profesional. Ello es evidente si se analiza, esa decisión histórica, en relación con otros sucesos no menos significativos. Entre los más importantes: la Constitución Nacional de 1949, el Primer Plan Quinquenal y las leyes de ordenamiento del subsistema de Educación Técnica dentro del Sistema Educativo Argentino, en especial las leyes relativas a la creación y funcionamiento de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional. 
En verdad, se estaba produciendo una resignificación del término “educación”. Por primera vez se abría paso una “educación popular” o de masas cuando, hasta entonces, solo se podía asociar el término educación al privilegio de las elites.
El Primer Plan Quinquenal (1947-1951) consagraba el principio de democratización de la enseñanza mediante la igualdad de oportunidades de acceso para todos y la implementación de mecanismos de compensación para aquellos que no tuvieran los medios necesarios para acceder a los beneficios de la escolaridad. Hacía hincapié en la necesidad de una formación profesional en el nivel medio y de preparar obreros oficiales para todas las especialidades.
La ley 13229, del 19 de agosto de 1948, disponía —en su Capítulo II— la creación de la Universidad Obrera Nacional. El reglamento para su funcionamiento fue sancionado por decreto 8014 del día 7 de octubre de 1952. Al día siguiente, el 8 de octubre de 1952, el entonces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón dejó inaugurada formalmente la Universidad:

Cuando hablamos de la justicia social no dijimos que había que había que llevar solamente un poco más de dinero a los hogares del pueblo argentino […] hablamos también de nutrir más abundantemente el alma y la inteligencia de nuestro pueblo […] por eso la justicia social, como nosotros la entendemos, no consiste solamente en dar a nuestro pueblo lo material, sino también en  prepararlo intelectual y espiritualmente […] cuando la cultura y la ciencia están al servicio del bien, manejados por hombres buenos y prudentes, recién podremos decir que la ciencia y la cultura son elementos positivos […] y eso no será posible ni realizable hasta que la ciencia y la cultura estén en manos del pueblo y solamente del pueblo.

Aquellos ideales son los que recogería, más tarde, nuestra querida Universidad Tecnológica Nacional. Celebramos, entonces, ese inicio a la luz de este tiempo, que necesita recuperar las banderas de aquella gesta, dignificar a los trabajadores, ampliar sus derechos, ofrecer nuevos espacios de formación.
¡Salud Universidad Obrera Nacional! ¡Salud y larga vida Universidad Tecnológica Nacional! ¡Salud y larga vida a la Educación Estatal, Pública y Gratuita!

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