15/09/2025 |
Por Gonzalo Gutierrez, secretario de organización APUTN
El éxito del Streaming del Conicet desde el Cañón Submarino de Mar del Plata contrasta con la crítica situación presupuestaria que atraviesa todo el sistema científico y tecnológico en el marco del “plan motosierra” del gobierno de Javier Milei.
Durante horas, miles de personas siguieron en vivo las imágenes transmitidas desde las profundidades del Atlántico. El equipo de investigación que participó de la exploración mostró la fauna marina, las formaciones rocosas y el despliegue de tecnología, despertando admiración y orgullo. La transmisión fue viral: videos compartidos, comentarios celebrando los hallazgos y la sensación de que la ciencia argentina estaba por un momento en el centro de la escena.
Sin embargo, detrás de esa postal luminosa se esconde una realidad alarmante: el peor desfinanciamiento a la ciencia nacional desde el retorno de la democracia. La Función Ciencia y Tecnología del presupuesto nacional se encamina a una caída del 48% en dos años, lo que llevará la inversión en el sector a su piso histórico, incumpliendo la Ley de Financiamiento de la Ciencia, que establece que este valor debería alcanzar el 0,45% del PBI en 2025.
La situación se agrava si se considera que, en paralelo, los salarios de investigadores y personal técnico no se actualizan acorde a la inflación. Muchos laboratorios afrontan dificultades para adquirir insumos básicos, repuestos de equipamiento y mantenimiento de infraestructura. Proyectos en curso se ven demorados, y la planificación de investigaciones a mediano y largo plazo se torna casi imposible.
Lo narrado tiene consecuencia directa en la formación de nuevas generaciones de científicos. Becas de posgrado y programas de capacitación se encuentran en riesgo, mientras que la incertidumbre laboral empuja a estudiantes y profesionales altamente capacitados a buscar oportunidades en el extranjero. El fenómeno de la “fuga de cerebros” no es nuevo en Argentina, pero el escenario actual lo potencia a niveles alarmantes.
Desde la APUTN sostenemos que la ciencia no es un gasto prescindible, sino una inversión estratégica para el desarrollo soberano, la justicia social y la mejora de la calidad de vida de nuestro pueblo. La visibilidad en redes, por masiva y emocionante que sea, no paga salarios, no repone insumos ni garantiza la continuidad de los proyectos. Los “likes” y las felicitaciones virtuales son un reconocimiento valioso al esfuerzo de quienes investigan, pero no reemplazan la decisión política de invertir en el sector. La investigación requiere tiempo, estabilidad y recursos; necesita laboratorios funcionando, equipamiento en condiciones y profesionales con un salario digno que les permita dedicarse plenamente a su tarea.
Defender el financiamiento, garantizar la estabilidad laboral y fortalecer las condiciones de trabajo de quienes investigan es defender el futuro del país. Sin conocimiento, no hay posibilidad de construir una Argentina con independencia tecnológica ni de afrontar los desafíos ambientales, productivos y sociales de los tiempos que corren. No se trata solo de preservar lo que tenemos, sino de proyectar un modelo de país que apueste a la producción de conocimiento como motor soberanía y bienestar colectivo. La ciencia argentina ha demostrado su talento y capacidad en las condiciones más adversas; ahora le toca a la política brindarle las herramientas para que ese potencial no se pierda.