28/04/2023 | Cristina no antagonizó con la oposición institucionalizada, sino que la mencionó sólo como parte del pasado, como funcionarios del gobierno de De La Rúa, que no sólo no subió salarios y jubilaciones, SINO QUE LOS REBAJÓ. Y en nombre de las mismas metas que hoy nos impone el FMI.
Antagonizó con las ideas que, aunque viejas y gastadas, se intentan imponer aquí y en muchas partes del mundo como parte de una nueva época sin Estado y sin política.
Así, trata de llegar tanto a empresarios espantados con la locura de algún candidato, como a jóvenes desencantados que se pueden ver seducidos por ese griterío anti-sistema que no conduce a ningún destino; que sólo se alimenta de bronca.
Y Cristina tiene sobrados motivos para tener bronca, pero la canaliza por un camino de solidaridad y de esperanza. Por un camino de construcción en común.
Como Perón, no denunció a candidatxs opositorxs que son sólo meros instrumentos, sino a los dueños del poder.
Denunció al puñado de monopolios que concentran el 74% de lo que consumimos, a los que evaden impuestos por un monto tres veces superior a lo que se invierte en ayuda social. Y al multimedio que nos presenta esto como algo natural.
Porque el Estado ayuda más a los ricos q a los pobres. El clientelismo, entendido como apoyo a una fuerza política a cambio de favores del Estado, es un fenómeno muy superior entre los dueños del poder que entre lxs pobres. Pero nos han hecho creer que la culpa es de los pobres.
También, como decía Perón, para conducir correctamente el país hay que entender lo que sucede en el mundo. Y en un mundo donde nuestros principales socios comerciales son Brasil y China, la solución no puede ser pasarnos al dólar.
Su discurso (con gráficos que expresan porcentajes de déficit fiscal y formación de activos en el exterior) penetra en los círculos intelectuales y económicos con explicaciones medulares.
Y también penetra en la militancia, que tiene que ir al almacén y a la cancha a intercambiar, a debatir y a explicar.
Y penetra en los sectores más desencantados con expresiones como “no tenemos miedo”, “no me jodan” o “caraduras”.
Y no hago una separación intelectual, solo digo que hay capas sociales que han acumulado tanta bronca debido a la injusticia, que no necesitan explicaciones académicas (que Cristina las tiene), sino señales inequívocas de empatía, coraje y decisión.
Cristina Fernandez de Kirchner es la única persona del país que enmudece las redes mientras habla, y las hace estallar cuando terminan sus intervenciones.
Una campaña con Cristina sería una campaña distinta. Como la de Perón en 1973, estaría por encima de todas las demás figuras.
Una campaña con Cristina no sería una disputa para ver qué slogan radial es más ingenioso o un forcejeo entre provocación y respuesta, sino la convocatoria a una gran conversación nacional sobre los temas centrales que ella plantea.
El Frente de Todxs tiene grandes figuras. Pero, desde el sentido común: ¿qué otra persona-candidato podría hacerlo como ella?
La sombra de ella opacaría, una vez más, la autoridad de cualquier otro candidato.
Tenemos más de un antecedente histórico, del pasado y del presente, que demuestra lo inconveniente que es tener un presidente sin liderazgo y un liderazgo que no ejerza la presidencia.
Después de su mensaje y su convocatoria de ayer y de todo lo que eso significa, ¿alguien puede seguir pensando sin remorderse la conciencia aunque sea un poquito que estamos frente a una chorra?
CRISTINA PRESIDENTA.